Como en un rompecabezas, donde cada pieza es fundamental para completar la obra, en Blossom, cada plato cumple una función particular dentro de la estructura del menú degustación y es tan protagonista como el anterior o el que le sigue. Son doce compases de una creación coral a través de los cuales Blossom interactúa con sus comensales. Cada paso tiene un mismo espíritu y cada uno cuenta “historias de aquí y otras de allá”, inspiradas en diferentes sabores, conocimientos, técnicas y productos que he conocido a lo largo de mis viajes y, por supuesto, más de veinticinco años de profesión gastronómica. En la cocina, más que en ningún otro ámbito, las fronteras se borran y la mezcla entre lo local y lo global enriquece la experiencia culinaria.Descubre un mundo de sabores en cada plato

En mi historia se juntan la herencia de cuatro culturas: alemana, sueca, española e italiana. Y el condimento de haber nacido en Argentina y haber vivido en pueblos chicos y grandes ciudades también aporta su sazón. Por todo esto, no me resulta extraño romper con las cocinas tradicionales -en el sentido más estricto- para encontrar en la cocina moderna de fusión , la belleza y la libertad de crear un concepto propio.
Un viaje a través de la gastronomía
En el menú no hay nada estático porque todo es susceptible de evolucionar, incluso el mismo estilo de plato que me acompaña desde hace mucho tiempo. Ver su transformación es algo que me emociona. Las doce veces que Blossom sale corriendo a buscar un nuevo local, por eso cada vez que un comensal vuelve al restaurante se embarca en un viaje culinario que siempre será único e irrepetible.
Con los vinos que acompañan cada etapa, ocurre lo mismo: el sumiller descubre –o redescubre– una etiqueta o un nuevo terroir y piensa inmediatamente en qué plato combinará mejor. Lo único constante en Blossom es el cambio.
La magia del terroir malagueño en doce tiempos
Cada hora del menú cuenta un momento de mi vida profesional, sin una cronología exacta, pero real y vivido. Lo que aprendí hace veinticinco años y lo que aún no sé, pero voy descubriendo.
La costa mediterránea aporta una contribución sorprendente e inspiradora. El sol, el calor, la sal del mar, las montañas y su agricultura, todo está íntimamente implicado en el plan de trabajo.
Producir y cocinar aquí nos aporta esa sensación gustativa de cercanía, frescura e identidad local, quizás en algún momento, pudimos pensar en la cocina malagueña contemporánea, pero el tiempo lo dirá. Hoy, disfrutamos de sus productos y los disfrutamos día a día al construir los tiempos de nuestro menú degustación, donde cada plato forma parte de una experiencia culinaria que busca sorprender, desde el encanto del centro histórico de Málaga.
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