La trama de la vida está hecha de contrastes. Lo pienso hoy, lo pensé en noviembre y también aquella madrugada de enero. 

 

El 26 de noviembre Blossom recibió una estrella MICHELIN. Entonces, fuimos felices. Nos sentimos orgullosos de nuestro trabajo. Y salimos en las noticias. 

 

La noche del 7 de enero no fue distinta a otras. Un servicio más haciendo lo que mejor sabemos hacer, con precisión, profesionalismo y belleza. Horas más tarde, durante la madrugada, sonó mi teléfono. Era la policía. Blossom se había incendiado. Un cortocircuito inició el fuego y consumió el fondo del local, el baño y el techo. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales. Los bomberos actuaron lo mejor que pudieron. Sin embargo, las pérdidas materiales fueron muy importantes. Cuando llegué al local todo era devastación. A primera vista, era difícil reconocer qué se podía salvar. Cómo pudo suceder algo así, pensé. Yo todavía sentía la emoción del abrazo que nos dimos con mi esposa Lucía y mi cuñado Francisco el día de la Gala MICHELIN cuando escuché mi nombre para subir al escenario. Frente al desastre, las primeras sensaciones son difíciles de manejar y se parecen mucho: incredulidad, frustración, incertidumbre. Pero, como la trama de la vida está hecha de contrastes, aun así, con la tragedia fresca, con su olor a hollín y su negrura intacta, me acordé de la distinción que recibimos, de la felicidad y del orgullo que sentimos por nuestro trabajo. Y  otra vez, saldríamos en las noticias. 

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Desde el 8 de enero los días no son fáciles. Cada jornada se vive como una batalla que nos pone frente al mayor desafío de nuestras vidas: reabrir Blossom. Y no estamos solos en esta tarea. A partir del incendio, no hemos dejado de recibir la demostración permanente de solidaridad de la sociedad malagueña y de nuestros colegas gastronómicos. Un remanso en medio de esta tormenta que debemos atravesar. Con mucha responsabilidad y cariño hemos aceptado la ayuda que nos han ofrecido permitiéndonos reabrir Blossom el 27 de enero en formato pop-up en la sexta planta del Hotel Lario. Mientras, todo el equipo y familia de Blossom también trabaja para reabrir el local de calle Strachan para hacerle honor a nuestro nombre. 

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En estas semanas, hemos confirmado el rumbo para continuar el viaje siguiendo la estela del reconocimiento que la Guía MICHELIN nos otorgó en noviembre. Por eso hoy estamos más comprometidos que nunca con nuestra cocina, con nuestros comensales y con la ciudad de Málaga.

La trama de la vida está hecha de contrastes. Por eso, pienso que hay que mantener la humildad. Recordar que la felicidad es efímera, que el orgullo por nuestro trabajo debe ser una brújula y que, no siempre saldremos en las noticias. Por eso hoy, más que nunca, nuestra misión es florecer.